lunes, 31 de marzo de 2014

Conjuros en la feria del libro de Villalba

Érase una vez una bruja a la que le encantaba verse anunciada en los carteles: este fue el de la feria del libro de Villalba, a cincuenta kilómetros de Madrid... En escoba, unos quince minutos.





Atención el mundo entero: el hueso más famoso de la historia de los huesos famosos, en la presentación de "Una bruja está borrando la ciudad". Y como los huesos de pollo son pequeños, hay que hacer un esfuerzo y ponerse las gafas para encontrarlo.



 

¿Quién se atreve a imitar a la bruja borradora? ¿Algún valiente en esta sala que ose desafiar su poder?







"Yo misma", dijo una niña valiente que solo le teme a las tormentas cósmicas. Ella quiso conseguir un deseo muy, pero que muy difícil, ¿lo lograría?

Y después de conjuros, risas y sorpresas, llegó el momento final:
"Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado. Y al que no se levante, el culo se le queda pegado"... Y a un padre despistado se le quedó el culo pegado a la silla. ¡Menos mal que quedaban un par de palabras mágicas para armar el conjuro despega-culos!



Fue una tarde divertida y emocionante.

martes, 25 de marzo de 2014

En el I Festival LIJ de Tres Cantos

El fin de semana pasado estuvimos presentando "Una bruja está borrando la ciudad" en el  Festival de LIJ de Tres Cantos.  

Lo pasamos de miedo con las palabras mágicas  recién salidas de la olla y los conjuros recién cocidos.



Nuria, a punto de sacar su palabra mágica.  Después armaría un conjuro fabuloso.




¡Zafarrancho! La bruja sobrevuela Tres Cantos.


¡Gracias por invitarnos, Elena!

jueves, 6 de marzo de 2014

Para el cumpleaños de "El dragón lector"

Esta maravillosa ilustración es obra de Sylvia Vivanco




Sylvianca y sus cachorros


Érase una vez… empieza a leer Sylvianca.



Y sus cachorros corren a cepillarse los dientes y a peinarse las escamas y tiemblan hasta las ventanas.

El vecino de arriba, presto, pega la oreja al suelo. Y el de abajo, con gran trabajo, pega la suya al techo.

Érase una vez, la casa donde las historias duermen…

¿Las historias tienen casa? interrumpen los cachorros. ¿Y su casa dónde está?

Shssss, no dejáis escuchar se queja encaramado el vecino en su lámpara de lágrimas de cocodrilo.

De la tierra dragoniana procedía, de esa casa la guardiana…

¿Como tú? ¿Como nosotros? preguntan los cachorros, abriendo mucho los ojos.

Shhhhhh se queja el vecino de arriba, que ya tiene congelada la barriga.

Se hacía llamar Pilar y, cada noche, abría la puerta de par en par, así los libros despistados no volvían asustados…

¿El Lobo Feroz también? preguntaban, los cachorros a la vez. ¿Y también Caperucita?

El Lobo y Caperucita, Cenicienta y la Madrastra y hasta Garfio y Peter

Pan, dormían en sus estantes, tan  campantes.

¿Cómo se llama esa casa? pregunta un señor mayor, atrapado en el ascensor.

Esa casa, hecha de letras, se llama El dragón lector acaba el libro Sylvianca.

Y con grandes ojeras, que el día ha sido muy largo, manda a la cama sin espera, Sylvianca a su parentela… Y a los vecinos. Y al señor atrapado en el ascensor.